Usted se preocupa de los dientes, los ojos, y otras partes
del cuerpo de sus hijos. Les enseña a lavarse, cepillarse y asearse, pero ¿qué
hace acerca de los pies de sus hijos – esos pies aún en desarrollo que tienen
que soportar todo el peso del cuerpo a lo largo de una vida?
Muchos problemas de pies adultos, como otras enfermedades
del cuerpo, tienen su origen en la niñez y están presentes al nacer. La
atención profesional periódica y el cuidado regular de los pies pueden
minimizar esos problemas en la vida adulta.
Descuidar la salud de los pies llama a problemas en otras
partes del cuerpo, como las piernas y la espalda. Puede también haber efectos
no deseados en la personalidad. El joven con problemas en los pies camina de
forma extraña y suele adoptar malas posturas en general. Como resultado, el
niño puede volverse tímido, introvertido, y evitar los deportes y las
actividades sociales. La comunicación entre el podólogo, el pediatra y otros
especialistas médicos ayuda a resolver estos problemas relacionados.
Los pies de su bebé.
El pie de un niño crece rápidamente durante el primer año,
alcanzando casi la mitad de su tamaño adulto. Es por esto que los especialistas
del pie consideran el primer año el más importante en el desarrollo del pie.
Estas son algunas sugerencias para ayudarle a asegurarse de
que este desarrollo se efectúa normalmente:
Mire cuidadosamente los pies de su bebé. Si nota algo que no
le parece normal, busque cuidado profesional inmediatamente. Las deformidades
no desaparecerán solas al crecer.
Cubra los pies de su bebé holgadamente. Cubiertas apretadas
restringen el movimiento y pueden retrasar el desarrollo normal.
Proporcione oportunidades para ejercitar los pies. Estar
tumbado sin cubrir permite que el bebé patee y haga otros movimientos que
preparan el pie para cargar peso.
Cambie la posición del bebé varias veces al día. Estar
tumbado demasiado rato en la misma posición, especialmente boca abajo, puede
poner demasiada tensión en los pies y piernas.
Comenzar a caminar.
No es conveniente forzar a un niño a caminar. Cuando esté
preparado física y emocionalmente, el niño caminará. Las comparaciones con
otros niños no son orientativas, pues la edad a la que caminan solos varía de
los 10 a los 18 meses.
Cuando el niño acaba de empezar a caminar, no son necesarios
los zapatos en la casa. Permitir al niño que vaya descalzo o lleve sólo
calcetines ayuda al pie a crecer normalmente y desarrollar su musculatura y
fuerza, así como la acción de agarre de los dedos. Por supuesto, al caminar
fuera o sobre superficies ásperas, los pies del bebé deberían protegerse con
calzado ligero y flexible, hecho de materiales naturales.
Crecimiento.
Al continuar desarrollándose los pies del niño, puede ser
necesario cambiar la talla de zapatos y calcetines cada pocos meses para dejar
espacio para que crezca el pie. Aunque los problemas más habituales de los pies resultan la mayoría de las veces de heridas, deformidades, enfermedad o factores hereditarios, el
calzado inapropiado puede agravar condiciones preexistentes. Los zapatos u otro
calzado no deberían nunca pasarse a otro niño.
Los pies de los niños pequeños son a menudo inestables a
causa de problemas musculares que hacen difícil o incómodo caminar. Un examen
en profundidad por un podólogo puede detectar un defecto o una condición
subyacente que puede requerir tratamiento inmediato o consulta con otro
especialista.
Es recomendable exámenes regulares de la salud del pie
de los niños en edad escolar.
Actividades deportivas.
Millones de niños participan en deportes
individuales o de equipo, muchos de ellos fuera de la escuela, donde no siempre
hay disponible asesoramiento acerca del material y las exigencia propias de cada deporte. Los padres
deberían considerar hablar de estos asuntos con el podólogo de la familia si
tienen niños que participan en actividades deportivas. Las lesiones de pie y
tobillo relacionadas con deportes están aumentando al participar activamente en
deportes más niños.
Consejos finales sobre los pies del niño.
Los problemas que se notan al nacer no desaparecerán solos.
No debería esperar a que el niño empiece a caminar para ocuparse de un problema
que ha notado antes.
Recuerde que el que un niño no se queje no es una señal
fiable. Los huesos de los pies en crecimiento son tan flexibles que pueden
torcerse o deformarse sin que el niño se dé cuenta.
Caminar es el mejor ejercicio para los pies según los podólogos. También recomiendan que se observe cuidadosamente la forma de
caminar. ¿Camina el niño con la puntera para afuera o para adentro, o tiene otros defectos en el modo de caminar? Estos problemas pueden
corregirse si se detectan temprano.
Ir descalzo es una actividad sana para los niños en las
condiciones apropiadas. Sin embargo, caminar descalzo en pavimento sucio expone
los pies del niño a los peligros de infección por cortes accidentales y a
severas contusiones, esguinces o fracturas. Otro problema potencial son las
verrugas plantares, una condición causada por un virus que invade la planta del
pie por cortes o roturas de la piel. Requieren tratamiento prolongado y pueden
impedir que el niño vaya a la escuela u otras actividades.
Cuando tenga preguntas sobre la salud de los pies de su
niño, contacte con su podólogo.
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