jueves, 30 de enero de 2014

Instalaciones y servicios de Clínica del pie Timanfaya. (Vídeo 3)

Tercer y último vídeo se la serie "Instalaciones y servicios", dedicado a la podología deportiva, campo de alta especialización y máxima exigencia que desarrollamos a diario en nuestra consulta para todos los deportes y todos los niveles. Esperamos sea de su interés.

Instalaciones y servicios de Clínica del pie Timanfaya. (Vídeo 2)

Segundo vídeo de la serie "Instalaciones y servicios", dedicado a nuestro trabajo en el campo de la podología general, en el cual abarcamos desde el tratamiento de las enfermedades de la piel y las uñas al estudio del pie infantil. Esperamos les guste.

Instalaciones y servicios de Clínica del pie Timanfaya. (Vídeo 1)

Tenemos el placer de ofrecerles un recorrido en imágenes por nuestras instalaciones y una aproximación a los métodos de trabajo y técnicas usadas en el día a día de nuestra consulta. Queremos aprovechar la publicación de nuestros vídeos para felicitar por su trabajo a Ivan Corujo Montagillo, artífice de la grabación y edición de los mismos. Muchas gracias.




sábado, 11 de enero de 2014

El pie en la infancia.

Usted se preocupa de los dientes, los ojos, y otras partes del cuerpo de sus hijos. Les enseña a lavarse, cepillarse y asearse, pero ¿qué hace acerca de los pies de sus hijos – esos pies aún en desarrollo que tienen que soportar todo el peso del cuerpo a lo largo de una vida?
Muchos problemas de pies adultos, como otras enfermedades del cuerpo, tienen su origen en la niñez y están presentes al nacer. La atención profesional periódica y el cuidado regular de los pies pueden minimizar esos problemas en la vida adulta.
Descuidar la salud de los pies llama a problemas en otras partes del cuerpo, como las piernas y la espalda. Puede también haber efectos no deseados en la personalidad. El joven con problemas en los pies camina de forma extraña y suele adoptar malas posturas en general. Como resultado, el niño puede volverse tímido, introvertido, y evitar los deportes y las actividades sociales. La comunicación entre el podólogo, el pediatra y otros especialistas médicos ayuda a resolver estos problemas relacionados.



Los pies de su bebé.
 El pie humano – una de las partes más complicadas del cuerpo – tiene 26 huesos y multitud de ligamentos, músculos, vasos sanguíneos y nervios. Al ser los pies de los niños pequeños suaves y maleables, una presión anormal puede causar deformidades fácilmente.
El pie de un niño crece rápidamente durante el primer año, alcanzando casi la mitad de su tamaño adulto. Es por esto que los especialistas del pie consideran el primer año el más importante en el desarrollo del pie.
Estas son algunas sugerencias para ayudarle a asegurarse de que este desarrollo se efectúa normalmente:
Mire cuidadosamente los pies de su bebé. Si nota algo que no le parece normal, busque cuidado profesional inmediatamente. Las deformidades no desaparecerán solas al crecer.
Cubra los pies de su bebé holgadamente. Cubiertas apretadas restringen el movimiento y pueden retrasar el desarrollo normal.
Proporcione oportunidades para ejercitar los pies. Estar tumbado sin cubrir permite que el bebé patee y haga otros movimientos que preparan el pie para cargar peso.
Cambie la posición del bebé varias veces al día. Estar tumbado demasiado rato en la misma posición, especialmente boca abajo, puede poner demasiada tensión en los pies y piernas.

Comenzar a caminar.
No es conveniente forzar a un niño a caminar. Cuando esté preparado física y emocionalmente, el niño caminará. Las comparaciones con otros niños no son orientativas, pues la edad a la que caminan solos varía de los 10 a los 18 meses.
Cuando el niño acaba de empezar a caminar, no son necesarios los zapatos en la casa. Permitir al niño que vaya descalzo o lleve sólo calcetines ayuda al pie a crecer normalmente y desarrollar su musculatura y fuerza, así como la acción de agarre de los dedos. Por supuesto, al caminar fuera o sobre superficies ásperas, los pies del bebé deberían protegerse con calzado ligero y flexible, hecho de materiales naturales.



Crecimiento.
Al continuar desarrollándose los pies del niño, puede ser necesario cambiar la talla de zapatos y calcetines cada pocos meses para dejar espacio para que crezca el pie. Aunque los problemas más habituales de los pies resultan la mayoría de las veces de heridas, deformidades, enfermedad o factores hereditarios, el calzado inapropiado puede agravar condiciones preexistentes. Los zapatos u otro calzado no deberían nunca pasarse a otro niño.
Los pies de los niños pequeños son a menudo inestables a causa de problemas musculares que hacen difícil o incómodo caminar. Un examen en profundidad por un podólogo puede detectar un defecto o una condición subyacente que puede requerir tratamiento inmediato o consulta con otro especialista.
Es recomendable exámenes regulares de la salud del pie de los niños en edad escolar.

Actividades deportivas.
Millones de niños participan en deportes individuales o de equipo, muchos de ellos fuera de la escuela, donde no siempre hay disponible asesoramiento acerca del material y las exigencia propias de cada deporte. Los padres deberían considerar hablar de estos asuntos con el podólogo de la familia si tienen niños que participan en actividades deportivas. Las lesiones de pie y tobillo relacionadas con deportes están aumentando al participar activamente en deportes más niños.



Consejos finales sobre los pies del niño.
Los problemas que se notan al nacer no desaparecerán solos. No debería esperar a que el niño empiece a caminar para ocuparse de un problema que ha notado antes.
Recuerde que el que un niño no se queje no es una señal fiable. Los huesos de los pies en crecimiento son tan flexibles que pueden torcerse o deformarse sin que el niño se dé cuenta.
Caminar es el mejor ejercicio para los pies según los podólogos. También recomiendan que se observe cuidadosamente la forma de caminar. ¿Camina el niño con la puntera para afuera o para adentro, o tiene otros defectos en el modo de caminar? Estos problemas pueden corregirse si se detectan temprano.
Ir descalzo es una actividad sana para los niños en las condiciones apropiadas. Sin embargo, caminar descalzo en pavimento sucio expone los pies del niño a los peligros de infección por cortes accidentales y a severas contusiones, esguinces o fracturas. Otro problema potencial son las verrugas plantares, una condición causada por un virus que invade la planta del pie por cortes o roturas de la piel. Requieren tratamiento prolongado y pueden impedir que el niño vaya a la escuela u otras actividades.


Cuando tenga preguntas sobre la salud de los pies de su niño, contacte con su podólogo.

Juanetes (Hallux Abductus Valgus)

Un juanete es uan deformación de la articulación de la base del dedo gordo del pie – la articulación metatarsofalángica – que se produce al desplazarse el hueso o el tejido de la articulación del dedo gordo. Esto fuerza al dedo a doblarse hacia los otros, creando un bulto de hueso, frecuentemente doloroso, en el pie. Como esta articulación soporta gran parte del peso del cuerpo al caminar, los juanetes pueden ser extremadamente dolorosos si no se tratan. La propia articulación metatarsofalángica puede volverse rígida e irritada, haciendo difícil o imposible incluso llevar zapatos. Los juanetes o bunion – del latín bunio, que significa agrandamiento – pueden darse también en la parte exterior del pie, en el dedo chico, donde se le llama “juanete de sastre”.


Síntomas
Desarrollo de un bulto firme en el borde externo del pie, en la base del dedo gordo.
Enrojecimiento, hinchazón, o dolor en, o cerca de, la articulación metatarsofalángica.
Callos u otras irritaciones causadas al montarse un dedo sobre otro.
Movimiento limitado o doloroso del dedo gordo.

¿Cómo aparece un juanete?
Los juanetes se forman cuando se altera el equilibrio de fuerzas que se ejercen sobre las articulaciones y los tendones del pie. Esto puede llevar a inestabilidad de la articulación y causar la deformidad. Aparecen tras años de movimiento y presión anormales en la articulación metatarsofalángica. Son, por lo tanto, un síntoma de mal desarrollo del pie y normalmente son causados por la forma de caminar, el tipo hereditario de pie, el calzado, u otros motivos.
Aunque los juanetes tienden a aparecer en varios miembros de la misma familia, lo que se hereda es el tipo de pie – no el juanete. Los padres que padecen mala movilidad del pie pueden pasar el tipo de pie problemático a sus hijos, que a su vez serán también propensos a desarrollar juanetes. El funcionamiento anormal causado por este mal desarrollo del pie puede llevar a presiones sobre el pie y dentro de él, a menudo con el resultado de deformidades en el hueso y la articulación, como juanetes o dedos en martillo.
Otras causas de juanetes son heridas en el pie, desórdenes neuromusculares, o deformidades congénitas. Las personas que sufren de pies planos o arcos del pie bajos son también propensas a desarrollar estos problemas, así como los pacientes artríticos o con enfermedades inflamatorias de las articulaciones. También son un factor las profesiones que conllevan un esfuerzo excesivo del pie; los bailarines de ballet, por ejemplo, a menudo desarrollan el problema.
El calzado demasiado apretado o que aprieta unos dedos contra otros es también un factor común, que explica la alta preponderancia del problema entre las mujeres.

¿Qué puede hacer para aliviarlo?
Colocar protectores de juanete comerciales, sin medicación, alrededor del bulto del hueso.
Llevar calzado de puntera amplia.
Si el juanete se inflama y duele, aplicar hielo varias veces al día para reducir la hinchazón.
Evitar los zapatos de tacón elevado.
Consulte a su podólogo si persiste el dolor.



Tratamiento conservador para el dolor de juanetes.
Las opciones de tratamiento varían con el tipo y gravedad de cada juanete, aunque es importante identificar la deformidad temprano en su desarrollo para evitar la cirugía. Se debe buscar atención de un podólogo  a la primera indicación de dolor o incomodidad porque, si se dejan sin tratar, los juanetes tienden a hacerse mayores y más dolorosos, haciendo más difícil el tratamiento no quirúrgico.
El objetivo principal de la mayoría de las opciones de tratamiento temprano es aliviar la presión sobre el juanete y detener la progresiva deformación de la articulación. Un podólogo puede recomendar estos tratamientos:

Acolchado y vendado
Acolchar el juanete, frecuentemente el primer paso en un plan de tratamiento, reduce el dolor y permite al paciente llevar una vida normal y activa. Las vendas ayuda a mantener el pie en una posición normal, reduciendo la presión y el dolor.

Medicación
Frecuentemente se recetan fármacos antiinflamatorios e inyecciones de cortisona para aliviar el dolor agudo y la inflamación causadas por deformidades de las articulaciones.

Fisioterapia
Se usa a menudo para aliviar la inflamación y el dolor. La terapia de ultrasonidos el una técnica popular en el tratamiento de juanetes y el tejido blando asociado a ellos.

Ortopedia
Las plantillas para el calzado pueden ser útiles para controlar la funcionalidad del pie y pueden reducir los síntomas y prevenir el empeoramiento de la deformidad.
Cuando falla el tratamiento temprano o el juanete crece más de lo aconsejable para esas opciones, la cirugía podológica puede ser necesaria para aliviar la presión y reparar la articulación del dedo.

Opciones quirúrgicas.
El podólogo cuenta con varios procedimientos quirúrgicos. La cirugía elimina el agrandamiento del hueso, rehace el alineamiento normal de la articulación, y alivia el dolor.
En las deformidades menos graves puede usarse una simple bunionectomía, en la cual se elimina únicamente el bulto del hueso. Los casos más graves pueden requerir procedimientos más complejos, que incluyen cortes en el hueso y el realineamiento de la articulación.
La recuperación lleva tiempo, y son comunes las molestias y la hinchazón durante varias semanas tras la cirugía. El dolor, sin embargo, se controla fácilmente con medicamentos recetados por su podólogo.



jueves, 2 de enero de 2014

Como atar correctamente las zapatillas de correr.

Aunque pueda parecer un tema banal, muchas veces desaprovechamos las prestaciones más básicas de nuestro material deportivo. En el caso del calzado, las innovaciones en diseño y materiales son continuas y muchas veces  suponen un importante desembolso económico, sin embargo existen aportaciones muy básicas, para un mejor rendimiento del calzado y que están presentes hasta en los modelos más económicos, pero que no se usan por desconocimiento. Es el caso del último agujero de la cordonera que mantiene sujetos los cordones al corte de la zapatilla.



Este último agujero, que casi nadie utiliza, permite crear un mayor ajuste de nuestra zapatilla sobre la garganta del pie, manteniéndola más sujeta y por tanto potenciando las propiedades estabilizadoras del calzado, lo que a su vez redundará en mayor seguridad y control de nuestros movimientos sobre el terreno. Estos beneficios de usar el ultimo agujero de la cordonera, son aplicables tanto a pies con tendencia pronadora como supinadora, ya que en ambos casos potenciamos la sujeción que el corte de la zapatilla ofrece medial y lateralmente.

En el siguiente vídeo puedes ver una técnica de anudado, que te permitirá sacar el máximo rendimiento a esta "avance tecnológico" tan poco aprovechado.



miércoles, 1 de enero de 2014

Ampollas: Prevención y tratamiento

Se trata de una lesión dermatológica muy común  en la que se produce una acumulación de líquido, generalmente seroso, entre dos capas de la piel, siendo las más frecuentes las que afectan a la epidermis. Se pueden producir por la actuación directa sobre nuestra piel de diferentes agentes, tanto químicos (agentes abrasivos como ácidos o bases fuertes) como físicos ( por ejemplo por exposición al fuego o frío extermo). Pero la causa más frecuente de ampollas en los pies es como consecuencia de la fricción o roce con el calzado. Al ser lesiones dolorosas, en muchos casos pueden llegar a ser invalidantes o muy molestas, especialmente en la práctica deportiva, por lo que es fundamental conocer como prevenirlas así como unas nociones básicas de tratamiento en caso de que aparezcan.





Los factores que más predisponen a la aparición de ampollas son, por una lado las condiciones de humedad o sequedad de nuestros pies y por otro lado, las características del "vestido" de nuestros pies, es decir, los calcetines o medias (o su ausencia) y el calzado. Unos pies muy húmedos, por un exceso de sudoración, o muy secos, por falta de hidratación, facilitan los fenómenos de roce o fricción con nuestro calzado. Por lo tanto si tenemos unas pies propensos a la sudoración, será fundamental controlarla mediante soluciones reguladoras de la transpiración, incluso en casos severos, con productos antitranspirantes. Si por el contrario, padecemos de sequedad en la piel, deberemos ser muy constantes y escrupulosos con el aporte de hidratación a nuestros pies, ya que cualquier zona reseca será un punto de posible aparición de ampollas por el exceso de fricción. En cuanto al calzado, será fundamental, asegurarse de la ausencia de costuras, relieves o imperfecciones en la parte interior del mismo, pues cualquier zona prominente será un posible agresor de nuestra piel, en especial en la práctica deportiva. Para salvaguardar la piel de roces indeseables, incluso en un calzado sin costuras, será imprescindible el uso de calcetín, sin costuras. Las fibras más aconsejables serán, para los pies de sudoración excesiva, fibras tipo CoolMax o DriFit y para los pies más "secos"  100% algodón. Incluso puede ser recomendable en pieles sensibles o actividades físicas de larga duración (pruebas de resistencia, grandes caminatas, etc), el uso de doble calcetín, como medida extra de protección (un calcetín fino en contacto con la piel y otro más grueso encima). A continuación resumimos en un cuadro las medidas preventivas básicas para olvidarnos de las ampollas:


  1. Mantenimiento de la piel de los pies en perfectas condiciones (sin callos, durezas o zonas resecas), mediante visitas periódicas al podólogo y la hidratación diaria de la piel.
  2. Uso de tratamientos reguladores de la sudoración en caso de excesiva transpiración.
  3. Elección de un calzado sin costuras interiores y de la talla exacta para nuestros pies (ni grande ni pequeño).
  4. Uso de calcetín o doble calcetín como barrera de protección para la piel.
  5. Aplica apósitos hidrocoloides (tipo Compeed (R) ) sobre las zonas de tus pies propensas a sufrir ampollas de repetición.



Si a pesar de estos consejos sufres de alguna ampolla, piensa que es un mecanismo protector de la piel, por lo que si no es muy dolorosa o de una importante extensión, es mejor dejarla reabsorber y tan sólo deberás protegerla con un apósito para evitar que siga rozando. Si se trata de una lesión dolorosa o es muy grande, la mejor solución es el drenaje de la misma, Para extraer el líquido de una ampolla de forma casera, lo mejor es pinchar con una aguja hipodérmica estéril, dos puntos de la ampolla (previamente limpia con Betadine (R) ), para evitar que se vuelva a cerrar. A continuación presionaremos la ampolla para extraer todo el líquido y tras limpiar de nuevo la zona con una solución desinfectante, taparemos la lesión con un apósito antiadherente, repitiendo la limpieza  2 ó 3 veces al día hasta la curación completa. En cualquier caso, la visita al podólogo nos puede ahorrar más de una sorpresa.